La venta del Mazatlán FC abrió un frente doble en el puerto: mientras la alcaldesa Estrella Palacios reafirmó que la ciudad no renunciará a su lugar en la Primera División, la afición organizada comenzó a presionar a la directiva ante la falta de claridad sobre el futuro del club.
Un día después de que Mikel Arriola, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, confirmara la venta de la franquicia, Palacios aseguró que la salida del equipo no significa la desaparición del futbol de máximo nivel en Mazatlán.
“Mazatlán tiene una gran afición y es un gran destino para equipos de primer nivel, por lo que el Municipio buscará alternativas para que la ciudad siga presente en la Liga MX aun cuando la franquicia actual deje de pertenecer al municipio”, comentó la alcaldesa.
Palacios destacó que existe disposición total para trabajar con el gobernador Rubén Rocha Moya en la construcción de un nuevo proyecto futbolístico. Subrayó que Mazatlán cuenta con infraestructura, conectividad y condiciones para albergar a un club de la máxima categoría.
Mientras el gobierno local traza posibles escenarios, la reacción de la afición no tardó en llegar. El grupo de animación La Banda del Pacífico difundió un comunicado donde anunció que sus integrantes no renovarán sus abonados del Clausura 2026 hasta que la directiva informe de manera clara cuál será el futuro del Mazatlán FC.
“Hoy, ante un panorama triste y tras las declaraciones del presidente de la Liga MX sobre la posible venta de nuestro club o de su lugar en Primera División, hemos decidido no renovar nuestros abonados hasta no tener claridad sobre el futuro de nuestra institución”, expresó la porra.
El comunicado agrega que seguirán apoyando al equipo en cualquier categoría en la que participe, pero no respaldarán un proyecto “incierto, sin rumbo, sin liderazgo y sin comunicación con su afición”.
En medio de esa incertidumbre, han comenzado a surgir versiones sobre cómo se reorganizaría el mapa futbolístico del estado si la franquicia de Primera División deja Mazatlán. Una de las alternativas que ha cobrado fuerza involucra a Dorados, club que desde el año pasado juega como local a puerta cerrada en el estadio de Xolos de Tijuana, luego de que la situación de seguridad en Culiacán complicara su operación en la capital sinaloense.
De acuerdo con diversas fuentes, si la plaza de Mazatlán queda disponible, Dorados podría mudarse al puerto y tomar posesión del estadio y las instalaciones deportivas, buscando estabilidad y un entorno más favorable para asegurar la continuidad de la franquicia en la Liga de Expansión.
Entre la postura institucional que intenta garantizar presencia en el máximo circuito, la presión social que exige respuestas inmediatas y los movimientos que podrían redefinir el futbol en Sinaloa, Mazatlán vive uno de los momentos más complejos desde la llegada del club en 2020. Aunque la salida del equipo parece inminente, el puerto ya comenzó a activar rutas para no quedarse sin futbol profesional.
